Mango acelera en su hoja de ruta hacia la circularidad textil. La compañía ha anunciado un acuerdo con la firma sueca Circulose, referente en la producción de pulpa regenerada a partir de residuos textiles, para integrar este material en su cadena de producción. Se trata de una alianza pionera: Mango es la primera marca que se compromete con Circulose desde su relanzamiento.
Circulose produce una pulpa 100% reciclada a partir de textiles de algodón desechados que puede emplearse para fabricar fibras como viscosa, lyocell o modal, eliminando la necesidad de materiales vírgenes como la madera o el algodón convencional. Este material permitirá a Mango avanzar en su objetivo de utilizar únicamente fibras de menor impacto ambiental antes de 2030.
Un paso más hacia un retail que no deja huella
La colaboración implica también un modelo de producción trazable y transparente, en línea con la estrategia de Mango de fomentar la innovación, reducir su huella climática y promover un ecosistema textil más responsable. La incorporación de Circulose se suma a otras iniciativas recientes de la marca, como la utilización de algodón regenerativo con Materra, su colección denim circular, o su alianza con Pyratex para fabricar prendas con algas marinas y celulosa.
El impulso circular de Mango también se refleja en su participación en Re-Viste, el primer SCRAP del textil y calzado en España, que está desarrollando un modelo piloto de recogida selectiva y reciclaje en seis municipios. Según datos recientes de la compañía, casi el 30% de sus prendas actuales ya siguen criterios circulares en su diseño.
El sector se mueve: otros que apuestan por la circularidad
El movimiento de Mango, además de ser un ejemplo de colaboración entre marcas y proveedores innovadores, demuestra cómo la sostenibilidad puede convertirse en un motor de transformación real en la industria de la moda.
Pero esta apuesta de Mango no es un caso aislado. El retail textil está dando pasos decididos para hacer frente al reto de la sostenibilidad.
Firmas como Inditex han desarrollado líneas como Join Life, su etiqueta para identificar prendas producidas utilizando procesos y materias primas más sostenibles, mientras otras marcas como Ecoalf siguen impulsando la economía circular desde el diseño hasta la producción.
Otras ideas como la recogida de ropa usada, la venta de segunda mano o la apuesta por el slow fashion forman parte de este movimiento del retail textil para alcanzar la sostenibilidad.
En definitiva, todas estas iniciativas apuntan hacia un mismo destino: un modelo de moda más responsable, donde el residuo se convierte en recurso y el impacto medioambiental se reduce sin renunciar a la creatividad ni a la competitividad.