La inteligencia artificial ha evolucionado desde ser una innovación tecnológica abstracta hasta convertirse en una acompañante constante en el proceso de compra de los consumidores. En lugar de ser una herramienta reservada para expertos o procesos internos del retail, actualmente la IA está influenciando activamente las decisiones que los consumidores toman en cada paso de su recorrido de compra. Desde la personalización de recomendaciones de productos hasta los asistentes virtuales que guían las decisiones en tiempo real, la inteligencia artificial ha llegado para quedarse.
Este cambio es visible en datos tan concretos como los que recoge el Barómetro AECOC Shopperview: el 27% de los consumidores reconoce que la IA tiene un impacto directo en sus decisiones de compra.
Pero, aunque la adopción está en marcha, las reacciones de los consumidores son variadas. Un 23% se muestra entusiasmado con el potencial de la IA, viéndola como una herramienta que mejora su experiencia de compra. Pero un 41% se mantiene más cauteloso, observando de cerca cómo la tecnología evoluciona antes de comprometerse completamente. Y hay un 36% que experimenta una mezcla de emoción y desconfianza, siendo conscientes de los beneficios, pero también preocupados por los riesgos que esta tecnología puede implicar.
Una relación ambivalente
El informe revela una relación ambigua entre los consumidores y la IA. La mayoría se encuentra en una posición intermedia, experimentando tanto interés como dudas. Este equilibrio entre emociones positivas y temores refleja la complejidad del panorama actual.
El hecho de que un porcentaje significativo se encuentre entre la emoción y la desconfianza pone de relieve que, aunque la IA se presenta como una solución prometedora, el consumidor sigue necesitando garantías sobre cómo se utilizarán sus datos y sobre los impactos que podría tener la automatización en su vida cotidiana.
La IA como compañera de compras
Pero la adopción de la IA no está vinculada solamente a una mayor eficiencia en el proceso de compra. También lo está a una transformación más profunda en los hábitos cotidianos de los consumidores. El 45% de los encuestados utiliza la IA para resolver dudas diarias, mientras que un 34% la emplea para aprender nuevos temas y un 31% como apoyo a la escritura.
Esta integración de la IA en las actividades diarias de los consumidores está estableciendo una relación más natural y fluida con la tecnología, que también influye en lo que respecta a la compra.
Lo interesante aquí es cómo la IA, más allá de la simple recomendación de productos, está configurándose como un asistente integral que forma parte de las decisiones cotidianas. Esto abre la puerta a nuevos modelos de interacción, donde el consumidor espera algo más que un producto, quiere una experiencia que lo acompañe a lo largo de su día a día.
Las sombras que preocupan
A pesar de las claras ventajas de la IA, los consumidores también tienen sus reservas. El 66% de los encuestados teme la propagación de noticias falsas, lo que pone de manifiesto la creciente preocupación por cómo la IA puede amplificar la desinformación en la era digital.
En paralelo, la privacidad de los datos es otra de las principales preocupaciones. Un 57% de los consumidores se siente incómodo con la cantidad de información personal que la IA puede recopilar, lo que genera dudas sobre la seguridad y el uso de estos datos.
A esto se suman inquietudes sociales más amplias. Un 55% de los consumidores menciona el impacto de la IA en la educación de los jóvenes, temiendo que éstos se vean influenciados por algoritmos que podrían modelar sus percepciones y decisiones de manera sesgada. Además, un 34% teme que la IA pueda contribuir al desplazamiento de empleos, especialmente en áreas donde las máquinas pueden asumir tareas repetitivas.
Estas preocupaciones indican que la integración de la IA no debe ser vista como una simple mejora en la eficiencia, sino que debe ir acompañada de una reflexión sobre IA ética y su impacto en la sociedad.
Implicaciones para el retail
El hecho de que la IA esté influyendo en las decisiones de compra resalta cómo el retail debe adaptarse a este nuevo ecosistema. Ya no basta con ofrecer productos atractivos o precios competitivos. La personalización a través de la IA está modificando el customer journey de forma significativa. Los consumidores buscan experiencias más fluidas, en las que la IA juega un papel decisivo, pero también deben sentirse seguros de que no están siendo manipulados ni invadidos en su privacidad.
La clave para las marcas radica en adaptarse a esta nueva dinámica sin perder de vista las preocupaciones sociales. Es necesario ofrecer herramientas de IA que, además de ser eficientes, también respeten la privacidad, eviten sesgos y, lo más importante, ofrezcan un valor tangible al consumidor.