Del café al carrito: por qué las marcas están apostando por abrir cafeterías

El objetivo es convertir una tienda en destino para atraer nuevos públicos, fomentar la permanencia y construir una experiencia de marca más rica
Espacio Zara Zacaffé en Madrid. INDITEX Espacio Zara Zacaffé en Madrid. INDITEX
Espacio Zara Zacaffé en Madrid. INDITEX

Hay algo magnético en un buen café. No sólo por su aroma o su sabor, sino por lo que representa: una pausa, una invitación a quedarse un poco más. En el nuevo retail, esa pausa se ha convertido en una estrategia comercial muy poderosa. Cada vez más marcas, desde la moda hasta el mundo financiero, están integrando cafeterías propias en sus espacios. ¿El objetivo? Atraer nuevos perfiles de clientes, aumentar el tiempo de estancia en tienda y reforzar el vínculo emocional con la marca.

Ya no se trata de vender productos solamente. Se trata de generar atmósferas, de ofrecer algo más que una transacción. Y en esa búsqueda, el café se ha convertido en una herramienta tan eficaz como inesperada.

Marcas que sirven espresso y experiencia

En las principales capitales del mundo, es fácil encontrar ejemplos de esta tendencia:

  • En Harrods (Londres), el Prada Caffè ofrece café italiano en un entorno que replica el imaginario estético de la firma. 
  • En Florencia, la Gucci Osteria del chef Massimo Bottura, con estrella Michelin, convierte la visita a la tienda en un plan gastronómico de alto nivel. 
  • Ralph’s Coffee, con presencia en Nueva York, París o Tokio, se ha consolidado como un espacio acogedor para los amantes del estilo preppy y la buena taza.

También Louis Vuitton y Dior han abierto cafeterías en ubicaciones estratégicas como París o Seúl, aportando exclusividad, diseño y una estética que se traduce directamente en contenido viral.

Incluso Carolina Herrera convirtió el perfume en experiencia con una cafetería efímera en París.

Pero no son sólo las firmas de lujo las que han visto el potencial. También lo han hecho otros. Por ejemplo, Uniqlo ha inaugurado cafeterías propias en Japón y en su flagship? de Nueva York. También Zara y Massimo Dutti han incorporado zonas de descanso con café en algunas tiendas y Primark ha probado con corners de hostelería en puntos de gran afluencia. Incluso H&M, en su concepto H&M Home, ha coqueteado con esta idea.

Tiempo, tráfico y conexión

Detrás de esta tendencia hay una lógica sencilla: si el cliente se queda más tiempo, es más probable que compre. Las cafeterías generan tráfico adicional, invitan a descubrir sin presión y convierten la tienda en un espacio al que apetece volver.

Además, permiten atraer a un público que no necesariamente busca comprar ropa en ese momento, pero que podría hacerlo tras una pausa. O que simplemente quiere reunirse, descansar, leer, etc. en un entorno estéticamente cuidado y afín a sus valores.

Y si a esto le sumamos el componente digital: WiFi gratuito, estética instagrameable, experiencias compartibles…, el resultado es una fórmula redonda para amplificar la visibilidad de marca sin esfuerzo añadido. Es el retailtainment en estado puro.

Una tendencia que va más allá de la moda

Aunque son las marcas de moda —tanto rápida como de lujo— quienes han liderado este movimiento, no están solas. El fenómeno se ha extendido también a otros sectores. 

Los bancos también están “retailizando” sus sedes. Están rediseñando sus sucursales para incorporar zonas lounge con café, en un intento de ofrecer una experiencia más cómoda y relacional. Algunos incluso lo ven como una forma de atraer al público joven que ya no pisa una oficina bancaria salvo que haya café de por medio.

En el retail generalista, ejemplos como Ikea o El Corte Inglés llevan años demostrando que integrar restauración en el espacio comercial mejora la experiencia y genera negocio directo. La diferencia es que ahora esa restauración se convierte también en herramienta de marketing, posicionamiento e identidad.

El valor de un café bien integrado

Pero no se trata de servir café a secas. Se trata de hacerlo con coherencia. Las firmas que triunfan en esta estrategia son aquellas que logran que el café hable el mismo idioma que la marca: desde el diseño del espacio hasta la música, pasando por la vajilla, el menú y la ubicación.

¿Es rentable? A corto plazo, no siempre. Pero como estrategia de diferenciación, fidelización y generación de contenido, pocas inversiones resultan tan versátiles. Una cafetería puede ser el ingrediente que transforma una tienda en un lugar al que uno quiere volver dentro de un mundo donde la experiencia pesa tanto como el producto.

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