El mapa del consumo actual: Europa resiste, Asia gasta y EEUU se retrae

La inflación, los aranceles y el ánimo económico definen diferentes comportamientos en el consumidor de cada zona del mundo
Mapa de los consumidores de 2025 Mapa de los consumidores de 2025

La fotografía del consumidor global en 2025 es más fragmentada y reveladora que nunca. A medida que la inflación, las tensiones comerciales y un contexto geopolítico volátil impactan en las diferentes economías del planeta, las respuestas de los consumidores se diversifican por regiones. Los últimos estudios publicados por McKinsey, a través de su equipo de análisis ConsumerWise, confirman un cambio de época: ya no hay un “consumidor tipo”, sino una pluralidad de patrones y actitudes según país, edad y poder adquisitivo.

Estos son los principales insights extraídos de las encuestas realizadas este año en EEUU, Europa y Asia-Pacífico.

EE UU: El consumidor entra en modo defensivo

En Estados Unidos, el 43% de los consumidores identifica la inflación como su mayor preocupación, seguida de las políticas arancelarias (29%). 

Aunque algunos acuerdos comerciales comienzan a perfilarse, el clima de incertidumbre ha provocado una fuerte caída en el ánimo general: el llamado “sentimiento neto” —que mide la diferencia entre los consumidores optimistas y los pesimistas— se desplomó un 32% respecto al trimestre anterior.

Más del 60% de los estadounidenses ha cambiado, o espera cambiar, sus hábitos de consumo por el efecto provocado por las noticias sobre aranceles. Las generaciones más jóvenes (Gen Z y millennials) son las que muestran una mayor predisposición al ajuste: compran de segunda mano, reducen gasto no esencial y priorizan marcas de precio más bajo. 

En contraste, los baby boomers, que ya eran menos propensos a darse caprichos, muestran menor variabilidad en sus patrones de compra.

El impacto es especialmente visible en el consumo de bienes discrecionales como electrónica, moda o restauración. El consumidor estadounidense está más atento, más selectivo y más dispuesto a intercambiar fidelidad por precio.

Europa: Estabilidad, pero sin euforia

El sentimiento del consumidor europeo se ha mantenido estable en el segundo trimestre de 2025, con una ligera mejora respecto al trimestre anterior. Países como Francia, Alemania y España han visto crecer la confianza del consumidor, mientras que en el Reino Unido ésta ha disminuido.

Sólo un 11% de los europeos considera los aranceles una de sus principales preocupaciones (frente al 29 % de los estadounidenses) y su implicación con las noticias sobre política comercial es menor. La inflación, aunque sigue siendo el principal foco de inquietud, ha perdido fuerza con respecto a 2024.

El comportamiento de gasto es conservador pero sostenido: se mantiene el consumo en categorías esenciales y semidiscrecionales, con cierto repunte en ocio y viajes. Eso sí, el fenómeno del trading down? persiste: los consumidores, especialmente los jóvenes, siguen optando por formatos más pequeños o marcas blancas.

En España, el optimismo se traduce en un repunte del gasto en categorías como restauración, moda y turismo, posiblemente impulsado por el crecimiento del PIB y una leve mejora del empleo.

Asia-Pacífico: Un mosaico de actitudes

La región APAC presenta una diversidad notable. India lidera el gasto en categorías discrecionales como viajes, electrónica y joyería, con una intención de consumo optimista a pesar de las tensiones comerciales. De hecho, el 72% de los consumidores indios dice haber ajustado —o estar a punto de hacerlo— su comportamiento de compra por los aranceles.

En el otro extremo, Corea del Sur y Japón muestran patrones de contención. En Corea, el 67% planea reducir gasto no esencial, especialmente en viajes. En Japón, la inflación más alta desde los 90 ha disparado el pesimismo: sólo un 7% de los japoneses se declara optimista. Eso sí, se están registrando cambios inéditos: aumento de la frecuencia de compra, más visitas a tiendas de descuento y retraso en decisiones de compra importantes.

Australia, por su parte, destaca como el país con el mayor repunte de optimismo, ligado a expectativas de recuperación económica.

¿Qué significa todo esto para el retail?

La foto global de 2025 obliga a retailers y marcas a pensar local y actuar con precisión quirúrgica. Las estrategias de producto, precio y canal deben adaptarse a entornos de consumo altamente polarizados. 

En algunos mercados, el reto será mantener la confianza; en otros, fomentar el impulso. Lo que está claro es que entender los matices del consumidor —por edad, renta y geografía— será tan importante como la oferta en sí.

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