El retail está ante una gran ventana de oportunidad. La automatización y la inteligencia artificial están redefiniendo los procesos en todo el ecosistema del consumo, y el comercio minorista tiene ante sí el reto de transformar su operativa diaria con herramientas que ya están demostrando resultados.
El nuevo informe de McKinsey, “Del plan al gran avance: cómo la IA y la automatización pueden transformar las empresas de consumo” (junio 2025), identifica claramente dónde está el potencial específico para el retail en esta carrera tecnológica.
Palancas para acelerar la automatización en retail
El análisis distingue cinco grandes subsectores dentro del consumo: productos de consumo envasados (CPG), retail, hostelería, restaurantes y entretenimiento. El comercio minorista es uno de los que, pese a partir de una situación más fragmentada, cuenta con grandes palancas de transformación en sus funciones operativas y de soporte. McKinsey identifica varias oportunidades claras:
- Pedidos digitales: desde grandes cadenas hasta pequeñas tiendas, los vendedores pueden mejorar su productividad mediante plataformas de pedido automatizadas, reduciendo tareas manuales.
- Funciones centralizadas como RRHH o Finanzas: podrían automatizar hasta el 35% de sus actividades en los próximos cinco años.
- Gestores de inventario: el uso de IA para prever la demanda y ajustar stocks podría acortar semanas de trabajo a solo horas.
Aunque en funciones como ventas presenciales el margen de automatización seguirá siendo bajo (alrededor del 25%), el impacto se notará en la evolución de herramientas de trabajo, en la experiencia de cliente y en la eficiencia operativa.
Una transformación compleja pero necesaria
El informe señala que el retail podría tardar algo más en escalar las soluciones tecnológicas que otros subsectores como los CPG por su dispersión geográfica y su alta interacción humana. Pero eso no debe interpretarse como un obstáculo, sino como un recordatorio de que el cambio requiere una estrategia adaptada a su realidad operativa.
IA para hacer el trabajo más humano
Uno de los mensajes más potentes del informe es que la automatización en retail no implica eliminar puestos, sino redefinir roles. El tiempo ganado podría destinarse a tareas de mayor valor: atención personalizada, asesoramiento, experiencia de cliente. Para eso, los retailers deben invertir en formación, tecnología e infraestructuras de datos.
El reloj ya está en marcha
Aunque la adopción de IA en el retail avanza más lento que en otros subsectores de consumo, los líderes que ya están actuando tienen ventaja. Por ejemplo, Amazon acaba de anunciar innovaciones en robótica y mapeo inteligente para acelerar sus entregas. Walmart cuenta con un asistente de compra con IA generativa o Zara convierte su app en un asistente de viaje inteligente con Travel Mode para ofrecer una experiencia de compra única.
Estos y otros casos muestran que hay terreno ganado para quienes se mueven primero. Además, el informe de McKinsey deja claro que no se trata sólo de instalar tecnología, sino de repensar el modelo operativo.
El gran reto del retail es convertir el potencial de la automatización en valor tangible y eso empieza por definir dónde están las oportunidades reales dentro de su propia estructura. El momento de actuar es ahora.