De la nutrición personalizada al sueño reparador, el wellness se consolida como uno de los sectores con mayor crecimiento a escala global. Según el último estudio de McKinsey, el mercado mundial del bienestar alcanza ya los 1,8 billones de dólares anuales, con un crecimiento de hasta el 10% anual sólo en Estados Unidos, donde el 82% de los consumidores lo considera una prioridad en su vida diaria. En la misma línea, el Global Wellness Institute estima que el mercado mundial del wellness superará los 9 billones de dólares en 2028.
Este cambio ha hecho que el bienestar deje de ser una categoría específica para convertirse en una mentalidad transversal. Desde supermercados hasta tiendas de electrónica, los retailers están evolucionando hacia un nuevo papel: el de facilitadores de bienestar.
De la tienda al ecosistema wellness
Hoy encontramos flagship? stores con zonas de relajación y meditación, gimnasios que integran zonas de retail para suplementación y ropa deportiva, y tiendas de moda que lanzan líneas de skincare y suplementos funcionales. En este ecosistema, el bienestar ya no es un extra, es el nuevo core de la experiencia.
Por ejemplo, Apple incorpora funcionalidades de salud en todos sus dispositivos, Sephora ofrece diagnósticos personalizados de piel en tienda, H&M lanza colecciones de yoga, belleza consciente y colaboraciones con marcas de salud sexual.
Incluso TikTok se ha convertido en uno de los mayores canales de venta de cosmética en Reino Unido, demostrando que el wellness también se distribuye a través del entretenimiento.
Palancas que impulsan el crecimiento
McKinsey identifica en su estudio seis dimensiones clave que estructuran el nuevo mapa del bienestar: salud física, forma física, nutrición, descanso y sueño, mindfulness y salud mental, y apariencia. Estas áreas reflejan los intereses del consumidor actual y marcan el camino para el retail del futuro. Cada una de ellas abre oportunidades concretas para que los retailers desarrollen productos, servicios y experiencias que respondan a una demanda más sofisticada y personalizada del bienestar.
Esta transformación se traduce en una creciente presencia de dispositivos de biomonitorización y tests preventivos en farmacias, gimnasios boutique en centros comerciales o ropa deportiva técnica integrada en espacios retail. La nutrición personalizada impulsa la venta de suplementos, snacks funcionales y asesoramiento digitalizado. El descanso ha entrado en la agenda del lujo: colchones tecnológicos, cosmética nocturna o gadgets antiestrés ya ocupan los escaparates. La salud mental y el mindfulness se manifiestan en apps, contenidos educativos o zonas de descompresión en tienda. Y la dimensión estética gana fuerza con tecnología cosmética personalizada.
A todo ello se suman grandes corrientes complementarias. La «economía del sueño» posiciona el descanso como nuevo símbolo de estatus. La longevidad emerge como aspiración vital, impulsando soluciones preventivas, tests genéticos y espacios especializados en salud integral. Las farmacias evolucionan en hubs de bienestar y el social commerce? redefine la distribución de productos con TikTok o Instagram como canales clave para cosmética, nutrición o fitness.
En este ecosistema emergente, el retail se está adaptando y se convierte en protagonista activo del nuevo culto al bienestar.
Datos, personalización y confianza
Los consumidores están dispuestos a compartir datos biométricos a cambio de soluciones adaptadas a sus necesidades reales. Según Grand View Research, el mercado de la nutrición personalizada superará los 8.900 millones de dólares en 2030.
En este escenario, la tecnología se convierte en aliada: wearables, apps de salud, diagnósticos en tienda y asesoramiento por IA permiten una experiencia altamente personalizada. Una vez más, la inteligencia artificial se pone al servicio del retail.
Retail con propósito: un nuevo vínculo emocional
Ahora los consumidores buscan más que funcionalidad, por ello el retail se convierte en un reflejo de aspiraciones personales. El bienestar no sólo influye en lo que se compra, sino en cómo y por qué se compra.
Hoy, las marcas que promueven un estilo de vida saludable, accesible, transparente y con impacto positivo conectan con una sensibilidad social creciente que valora la autenticidad y el compromiso.
Los espacios físicos también se transforman para responder a esta nueva demanda: ambientes relajantes, materiales naturales, asesoramiento humano y experiencias multisensoriales que invitan a una pausa en el ritmo acelerado del día a día. El diseño, la música, la iluminación y los aromas no son elementos decorativos, sino parte esencial de una experiencia que promueve el equilibrio.
Así, el retail del bienestar no se entiende como una moda pasajera, sino como una nueva lógica de consumo donde lo emocional, lo ético y lo experiencial convergen.