Hace un tiempo que el mapa de las gasolineras en España está transformándose, pero en los últimos años el cambio se ha acelerado. Mientras los operadores tradicionales consolidan su red, las enseñas low cost avanzan con fuerza y marcan la gran tendencia del sector.
En apenas una década han pasado de ser actores marginales a convertirse en el motor de crecimiento de este mercado. Y lo han hecho con una propuesta tan sencilla como disruptiva: menos servicios, más automatización y hasta veinte céntimos menos por litro de carburante.
El contraste está en los datos. Desde 2013, los operadores independientes han abierto 2.750 estaciones frente a las 453 cerradas por las grandes, según cifras del sector. Una evolución sostenida que confirma la consolidación del modelo low cost y que anticipa un cambio profundo en la forma en que los españoles repostan.
El modelo que pone precio por delante de todo
La lógica es simple: eliminar lo accesorio para concentrarse en lo esencial. Estas estaciones no ofrecen tiendas de conveniencia, cafeterías ni túneles de lavado. Ahora no hablamos de las gasolineras que se han convertido en hub de conveniencia. En el caso de las low cost, se centran en el repostaje rápido, con sistemas automáticos de cobro y mínima intervención humana. El ahorro en costes operativos se traslada directamente al precio en el surtidor.
El resultado son precios hasta 20 céntimos por litro más bajos que los de las enseñas históricas. Y en un contexto de consumidores cada vez más sensibles al gasto, la propuesta ha encontrado su espacio. El cliente tipo busca rapidez, sencillez y, sobre todo, un ahorro tangible en cada repostaje.
Tres protagonistas a la cabeza del cambio
El tridente formado por Ballenoil, Plenergy y Petroprix simboliza mejor que nadie la consolidación de este fenómeno.
Ballenoil, adquirida por el grupo alemán Moeve (antes Cepsa), ha marcado un récord con 59 aperturas en sólo nueve meses.
Plenergy (otra española antes conocida como Plenoil) prevé facturar 2.000 millones de euros en 2025, con 1.800 millones de litros vendidos.
Petroprix, nacida en Jaén y gestionada por la familia Santiago, ya opera en Portugal, Panamá y Chile, extendiendo el modelo más allá de nuestras fronteras.
En conjunto, estas tres enseñas sumarán 905 estaciones en España y 35 en el extranjero a final de 2025, con el objetivo de superar las 1.300 en 2027. Esto no es un crecimiento coyuntural, sino una estrategia a largo plazo que está redibujando el sector.
El impacto en el retail de gasolineras tradicional
El avance de las low cost no es nuevo, pero sí cada vez más determinante. Supone un cambio en la percepción del cliente sobre lo que significa una estación de servicio. Lo que en otros casos es un espacio multifuncional —tienda, cafetería, lavado, punto de encuentro— se reduce aquí a su función más básica: repostar.
Esto plantea un dilema a los operadores tradicionales: ¿pueden seguir justificando sus precios con servicios añadidos o deberán reinventar la propuesta de valor de sus estaciones? El repliegue de parte de su red muestra que la rentabilidad del modelo clásico se ha visto afectada por la consolidación de los nuevos actores.
¿Y qué pasará con la movilidad eléctrica?
La gran incógnita está en el futuro. Si el modelo low cost ha demostrado su eficacia en el carburante, ¿podrá replicarse también en la recarga eléctrica? Las mismas claves que hoy funcionan —automatización, conveniencia y precio— podrían convertirse en ventaja competitiva en un mercado aún en construcción.
Las low cost tienen, además, un punto a favor: no arrastran la herencia de infraestructuras tradicionales. Pueden innovar desde cero con redes más flexibles y escalables. La cuestión es si darán el salto a tiempo para capitalizar la electrificación de la movilidad.
Metamorfosis sostenida
El avance de las gasolineras low cost no es una novedad pasajera, sino el resultado de una transformación que lleva años consolidándose. Es también una muestra de cómo incluso sectores muy maduros pueden reinventarse a partir de la simplicidad y la eficiencia.
Hoy, Ballenoil, Plenergy y Petroprix representan el rostro visible de este cambio. El siguiente capítulo será comprobar si son capaces de trasladar ese modelo de éxito al nuevo tablero de la movilidad eléctrica. Porque ahí se jugará, de nuevo, la verdadera carrera.