Hace tiempo que las salas VIP de los aeropuertos dejaron atrás los buffets estándar y el café recalentado. Pero es que hoy, directamente, compiten por convertirse en destinos gastronómicos exclusivos, donde el lujo ya no se mide en metros cuadrados, sino en la finura del caviar, la autoría de los menús o la selección de champán. Aerolíneas, bancos y operadores de tarjetas premium están utilizando estos espacios para ofrecer experiencias sensoriales reservadas a unos pocos, y con ello, redefinir lo que significa fidelizar a un cliente de alto valor en el contexto del nuevo retail.
Gourmet como nuevo estándar de exclusividad
Las tradicionales salas VIP han sido rediseñadas y catalogadas como espacios culinarios de verdadero prestigio. El Plaza Premium Group, uno de los grandes operadores globales, ha puesto en marcha su segunda sala Plaza Premium First en el aeropuerto internacional de Hong Kong, tras experiencias similares en Dubái o Abu Dabi. En estos espacios, los pasajeros acceden a propuestas como barras de caviar, menús exclusivos y coctelería de autor, en una clara apuesta por la redefinición del tiempo de espera como espacio de disfrute sofisticado y diferenciador.
American Airlines, por su parte, sigue reforzando su concepto Flagship? Lounge, una red de salas premium que combinan confort y alta gastronomía. En colaboración con la James Beard Foundation, la aerolínea ofrece menús firmados por chefs locales, vinos de calidad superior, coctelería especializada y un servicio gastronómico exclusivo. A esto se suman zonas de descanso amplias, duchas privadas y atención personalizada, consolidando su apuesta por una experiencia de alto nivel para el viajero internacional exigente.
El nuevo retail emocional: exclusividad como experiencia
Estos espacios no funcionan como salas de espera, sino como escaparates emocionales donde se afianza el vínculo con el cliente premium. Todo un escaparate para el retail de lujo.
Las marcas, además de los bancos y emisores de tarjetas de crédito, encuentran en estos espacios una plataforma privilegiada para reforzar fidelización y posicionamiento. El retail, en este caso, se manifiesta a través de servicios y experiencias sensoriales que contribuyen a reforzar la percepción de valor de la marca.
Incluso se experimenta con versiones compactas, tipo “mini‑lounge”, que aumentan la calidad del servicio sin perder la exclusividad, una respuesta a la presión sobre el espacio aeroportuario y el volumen de usuarios que ya reclaman acceso. Todo apunta a que el lujo se redefine como “retail emocional” con sello premium.
Madrid‑Barajas: una oportunidad para seguir la tendencia
En España, el concurso lanzado por Aena para renovar las salas VIP de Barajas abre la puerta a operar en clave gastronómica y de experiencia. Se prevé una ampliación del espacio de 7.500 m² a 12.000 m², con posibilidad de incorporar servicios como restauración de calidad, masajes, peluquería o bienestar express.
Se trata de un momento clave para que las salas VIP en España no se queden en el lujo visual, sino que evolucionen hacia el retail experiencial gourmet que ya está consolidado en otros hubs globales.