Fidelización en clave blockchain: más allá de los puntos, la transparencia

La tecnología que dio origen al bitcoin está transformando los programas de loyalty: más confianza, interoperabilidad entre marcas y experiencias con valor real para el consumidor.
Tarjeta Undw3 de Lacoste: un NFT que desbloquea votaciones, drops exclusivos y participación en procesos creativos. LACOSTE Tarjeta Undw3 de Lacoste: un NFT que desbloquea votaciones, drops exclusivos y participación en procesos creativos. LACOSTE
Tarjeta Undw3 de Lacoste: un NFT que desbloquea votaciones, drops exclusivos y participación en procesos creativos. LACOSTE

Hasta ahora, la fidelización en retail había girado en torno a la misma pregunta: ¿cómo conseguimos que el cliente vuelva? Y la respuesta más común ha sido ofrecer puntos, descuentos y cupones a cambio de compras. Pero la saturación del mercado con propuestas similares ha hecho que esta fórmula ya no sea suficiente. Ni para diferenciarse, ni para generar confianza, ni mucho menos para construir una relación duradera con el consumidor.

Las marcas líderes miran ahora al blockchain? como la base para una nueva generación de programas de loyalty. Una tecnología que puede hacer el sistema más seguro, más transparente, más interoperable y más alineado con los hábitos digitales y la expectativa de control del consumidor actual.

La fidelización como arquitectura de confianza

Uno de los mayores valores del blockchain aplicado al loyalty es su capacidad para generar registros inalterables y visibles para todos los actores del sistema. Esto implica que el cliente puede consultar cómo y por qué ha obtenido sus puntos o recompensas, con total trazabilidad. Ya no tiene que fiarse de la app: puede comprobarlo por sí mismo.

Para las marcas, esto supone que se pueden reducir errores, eliminar el fraude interno y mejorar la eficiencia operativa. Ya no es necesario invertir en complejos sistemas de auditoría o conciliación entre partners: el blockchain lo hace automáticamente. Se trata de un beneficio invisible para el usuario, pero decisivo para escalar este tipo de programas sin perder consistencia ni control.

Además, el blockchain permite crear entornos colaborativos entre marcas. Gracias a los contratos inteligentes, diferentes empresas pueden conectarse para compartir un programa común, sin necesidad de fusionar sistemas internos ni exponer sus datos sensibles. Lo que antes era una barrera técnica, hoy es un punto de partida.

Menos barreras, más interoperabilidad

Uno de los grandes problemas de los programas de fidelización tradicionales es su falta de flexibilidad. Los puntos suelen estar encerrados en un solo entorno, no son transferibles y pierden valor con el tiempo. 

El blockchain cambia esa lógica. Al registrar los movimientos en una cadena descentralizada, los tokens? o recompensas pueden ser reconocidos por distintas marcas o plataformas sin necesidad de un intermediario.

Esto abre la puerta a nuevos modelos de fidelización colaborativa, donde los puntos ganados en una tienda puedan usarse en una app de movilidad, una marca de moda o un restaurante asociado. 

Todo ello con reglas claras y ejecutables automáticamente a través de contratos inteligentes. Una experiencia fluida, sin interrupciones, que transforma la fidelización en un ecosistema vivo.

NFTs?, gamificación y comunidad

Donde más visible se ha hecho la aplicación del blockchain en loyalty es en el uso de activos digitales como NFTs o brand tokens. Ya lo hicieron marcas como Starbucks, con su programa Odyssey, que ya no está activo, pero crearon colecciones digitales que se conseguían al interactuar con la marca —visitar tiendas, probar productos nuevos, participar en encuestas— y que daban acceso a experiencias exclusivas.

Lacoste ha ido un paso más allá con su tarjeta Undw3: un NFT que desbloquea votaciones, drops exclusivos y participación en procesos creativos. Y plataformas como Try Your Best permiten a marcas emergentes gamificar la fidelización a través de monedas digitales que se obtienen por interacciones como compartir opiniones sobre productos, votar por nuevos colores o estilos y completar desafíos mensuales.

Estos modelos potencian el engagement y redefinen la lógica del loyalty. Ya no se trata de acumular puntos, sino de formar parte de una comunidad, construir juntos una narrativa de marca y obtener recompensas con valor emocional y, en algunos casos, financiero.

Fidelización como infraestructura

Pero lo más potente del blockchain no es su capacidad para innovar en lo visible, sino para cambiar lo invisible. Bajo el radar, muchas empresas están explorando cómo usar esta tecnología para auditar automáticamente sus programas de loyalty, reducir costes operativos, evitar duplicidades y construir relaciones más sanas con sus clientes.

A medida que esta capa tecnológica se combine con inteligencia artificial, veremos propuestas de fidelización hiperpersonalizadas, donde cada token, recompensa o experiencia se diseñe a medida, en tiempo real, para cada usuario. No como un truco de marketing, sino como parte de un nuevo contrato, más justo, más transparente y más emocional entre marcas y consumidores.

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