Imaginar una tienda antes de construirla. Probar un rediseño sin mover una estantería. Simular miles de interacciones de clientes sin abrir las puertas. Todo eso, que hasta hace poco parecía propio de laboratorios futuristas, ya se está aplicando en el día a día de grandes operadores del retail.
No se trata de juegos virtuales ni de visualizaciones 3D para presentaciones. Hablamos de herramientas operativas que replican digitalmente espacios, procesos y comportamientos reales. Y su adopción avanza rápido. Porque en 2025, todo indica que tener un gemelo digital ya no será una innovación, sino una necesidad competitiva.
El gemelo digital: del sector industrial al comercio
El concepto nació en la industria pesada: una réplica virtual para simular, probar y ajustar antes de actuar. Pero ahora ha llegado al retail con una ambición mayor: reducir costes, acelerar decisiones, mejorar la experiencia y anticiparse a lo que aún no ha ocurrido.
Según un informe de Data Insights Market, el mercado global de gemelos digitales en retail superará los 2.000 millones de dólares en 2025, con una tasa de crecimiento del 25% anual hasta 2033.
Walmart ha sido uno de los primeros en escalar esta tecnología. Más de 1.700 tiendas de su red ya cuentan con un gemelo digital que permite simular diseños, reorganizar estanterías y predecir impactos antes de hacer cambios físicos (The Sun).
Zalando, por su parte, ha apostado por gemelos digitales en sus campañas visuales. Gracias a modelos virtuales, ha reducido de seis semanas a cuatro días la producción de imágenes para e-commerce, con un ahorro de hasta el 90% en costes.
¿Para qué sirven en retail?
No se trata sólo de replicar una tienda. Se trata de crear un espacio donde experimentar sin riesgos, donde cada decisión se puede probar antes de aplicarse.
Algunos usos clave pueden ser, por ejemplo, en el diseño de tiendas, para simular recorridos, flujos y disposición de productos antes de mover un solo metro cuadrado.
También se puede utilizar un gemelo digital para la gestión logística, de forma que se pueden modelar cadenas de suministro, prever interrupciones y mejorar rutas en tiempo real.
Además, este sistema puede ser útil para mejorar la experiencia de cliente. Al poder anticiparse al comportamiento del consumidor en un entorno simulado, se pueden adaptar mensajes, productos o precios antes de lanzar campañas.
Lo que se gana y lo que aún falta
La ventaja principal está clara: tomar mejores decisiones, más rápido y con menos coste. Pero no todo es tan sencillo. Integrar datos de distintas fuentes, coordinar IA con sensores IoT y garantizar la ciberseguridad sigue siendo un reto.
Aun así, el potencial es inmenso. Sobre todo cuando se combina con realidad aumentada, algoritmos predictivos o motores 3D. Los gemelos digitales, además de ayudar a planificar, también están cambiando la forma en la que el cliente experimenta una marca.
2025: el punto de inflexión
Las grandes marcas ya no se preguntan si adoptarán esta tecnología, sino cuándo la harán escalable. Y los expertos coinciden: 2025 marcará el punto de inflexión. Será el año en el que los gemelos digitales dejarán de ser un proyecto piloto para convertirse en infraestructura clave del retail moderno.
No sustituirán a la intuición, ni eliminarán el error por completo. Pero sí permitirán que cada error ocurra en un entorno donde no cueste dinero, ni tiempo, ni clientes.