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Fidelizar en Black Friday y Navidad con datos propios, IA y retail media

Estamos en noviembre, pero Mariah Carey ya ha dado su famoso “It’s tiiiiiime!” Y aunque para muchos ese es el pistoletazo emocional de salida, lo cierto es que la Navidad y el Black Friday llevan meses planificados por los retailers. Los equipos de marketing cerraron sus calendarios en septiembre, las previsiones de stock en octubre y las campañas desde medios hasta promociones están afinadas al milímetro.

Porque hoy, en el nuevo retail, ya no se improvisa: se orquesta. Mientras el consumidor siente que “ya llegó la magia”, las marcas trabajan en lo que realmente mueve la aguja: captar datos propios, personalizar con IA, proteger márgenes y convertir estos picos en relaciones duraderas que van mucho más allá del 25 de diciembre.

Las campañas de Black Friday y Navidad siguen siendo los grandes picos comerciales del calendario. Pero la idea de que “todo es precio”, con ofertas y rebajas llamativas, se ha quedado corta.

En el nuevo retail, el éxito pasa por captar datos propios con permiso, activar personalización responsable y proteger el margen. Marcas y retailers aprovechan el tráfico de estas fechas para construir relaciones con el cliente que perduran más allá de una venta puntual.

El objetivo es convertir el pico promocional en una maquinaria de fidelización que funcione los 365 días del año. Y en este enfoque ganan peso los first-party data, los programas de fidelidad, el retail media y la omnicanalidad.

Captar datos de calidad con permiso del cliente

La desaparición de las cookies de terceros y la presión por la rentabilidad han llevado a priorizar el first‑party data. La campaña de Black Friday y Navidad ya no se mide únicamente en ingresos del día, sino en cuántos contactos cualificados y consentidos se captan, y cómo se activan después.

Formularios claros, beneficios tangibles por registrarse (envíos gratis, acceso anticipado, garantías extendidas, etc.) y una política de privacidad transparente son ahora piezas fundamentales.

También cambian los KPI: tasa de conversión a registro, ratio de consentimiento para comunicaciones, calidad del email y del número de teléfono y porcentaje de compradores que aceptan identificarse en tienda física y online. Esta infraestructura permite nutrir audiencias propias, abaratar la adquisición futura y sostener márgenes.

Retail media y datos propios

Los first‑party data alimentan inventarios de retail media con alto rendimiento para marcas. A su vez, ese ingreso publicitario permite financiar ventajas del programa de fidelidad y mejorar la experiencia.

Con una gobernanza sólida (consentimiento, permisos por finalidad y caducidad del dato), este modelo crea un círculo virtuoso que beneficia a cliente, retailer y marcas.

Promociones más inteligentes

Está comprobado que el descuento extremo deteriora el valor percibido de la marca y también dispara devoluciones. Por eso, las marcas líderes han pasado a una lógica de promociones segmentadas y dinámicas. No se trata de “rebajar a todos por igual”, sino de ofrecer el mejor incentivo posible a cada cliente según su propensión de compra, su margen esperado y su histórico. Esto se traduce en bundles, créditos de fidelidad que vuelven en enero, financiación BNPL (Buy Now, Pay Later) responsable y ventajas de servicio como entrega programada, instalación y asistencia que compensan bajar menos el precio.

La clave es llevar el nivel de detalle al máximo: en las categorías muy sensibles al precio conviene aplicar incentivos más potentes (descuentos, bundles o créditos); en las menos sensibles es mejor proteger el margen y reforzar el valor de servicio (entrega, instalación, posventa).

Con IA generativa, muchos retailers ya personalizan recomendaciones, contenidos y horarios de envío de mensajes, impulsando la conversión sin sacrificar la imagen de marca.

Cómo potenciar la fidelidad en tres pasos

1) Adquisición con valor inmediato

Early access, carritos guardados entre canales, check-out con cuenta y, en tienda, identificación por QR y recompensas instantáneas.

2) Recompensa que trae de vuelta en enero

Bonos diferidos, cashback o puntos extra canjeables tras Reyes.
Combinado con recordatorios personalizados, compensa la caída de demanda de enero.

3) Experiencia que justifica quedarse

Política de devoluciones clara, entregas fiables, servicio posventa y comunicación relevante.
La personalización responsable refuerza la confianza.

Indicadores clave

Para medir si la campaña de Black Friday y Navidad genera valor más allá del pico de ventas, es necesario un cuadro de mando de fidelización. Estos indicadores conectan la captación de datos propios con la recurrencia, el margen y la eficiencia de los canales propios, ofreciendo una lectura clara para la toma de decisiones. Esos indicadores son:

Tasa de identificación: porcentaje de ventas asociadas a cliente conocido. Si sube, la inversión en marketing propio gana eficiencia.
Porcentaje de nuevos miembros del programa y coste por alta durante la campaña.
Activación post‑campaña: compras de miembros captados en noviembre‑diciembre que regresan en enero‑marzo.
Rentabilidad neta por cohorte: margen tras descuentos, logística y devoluciones.
Reducción de dependencia de paid media: ventas atribuibles a canales propios (email, app, SMS, notificaciones) frente a tráfico de pago.

España: mobile, social y omnicanal

En España, la campaña de Black Friday y Navidad concentra cada vez más tráfico móvil y un peso creciente del social commerce. La consecuencia práctica es doble: páginas ligeras que cargan rápido en 4G y creatividades pensadas para captar leads en redes con mensajes simples, pruebas sociales e incentivos claros.

Además, muchos retailers combinan la intensidad del online con experiencias de tienda como recogida en el mismo día, probadores con cita, talleres y demostraciones que convierten visitas en miembros del programa.

Por otra parte, el auge del comercio electrónico convive con la relevancia del canal físico. Por lo tanto, la oportunidad está en usar el stock, la logística y el personal de tienda como ventajas competitivas de la fidelización. Se pueden hacer devoluciones ultrarrápidas, cupones digitales que se activan al identificarte en caja y beneficios locales que premian la frecuencia.

La temporada como puerta; la lealtad como meta

Black Friday y Navidad son la puerta de entrada; la confianza y la utilidad cotidiana, el verdadero destino. Cuando el cliente siente que la marca lo reconoce, respeta su tiempo y le ofrece valor real, el precio deja de ser el único argumento. Ahí nace la fidelidad que resiste temporadas, modas y comparadores.

Si orientas cada decisión de campaña a conocer mejor al cliente y servirle mejor la próxima vez, estarás construyendo un activo que crece con cada interacción: una relación rentable para el negocio e importante para la persona.

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